Vermillion

9.42 de la mañana.
No es un día "normal" precisamente.
Las conversaciones de política antes de entrar a clase no son buenas. Política...Me hierve la sangre.
Para colmo,el reloj corre más que tu coche en quinta por la autovía Almería-Granada y llegas tarde,después de todo el paseo hasta la cumbre de un montículo perdido en medio de la sierra al que se le podría denominar monte,para dejar a una trabajadora que da clase en tal lugar perdido de la ciudad. Te mantienes recto y persistes en pensar que deberías abrir la puerta y pasar, para poder descargarte con ese profesor que te echará de clase por interrumpir.Pero te retraes pensando que no vale la pena y que mejor escribirás un rato,que mirarás todas tus redes sociales a las 9.48 de la mañana,cuando ningún ser vivo está pensando precisamente en contestar cualquier gilipollez que le digas, a no ser que esté dentro de clase,desesperado...
Piensas mil cosas,una de ellas: ¿dónde he dejado el cigarro que antes tendría en la mano a estas horas?
Y otra: joder,quisiera ir siempre con este tiempo de retraso y que la causa fuera haber despertado a su lado y no poder contener las ganas de...Llegar tarde.
Mirando el reloj te percatas de que no te queda mucho tiempo fuera de ese aula,de manera que relees todo lo que has escrito,y, ante semejante mierda,decides publicar como está y olvidarte de seguir,por el simple hecho de no sentir que has estado media hora perdiendo la vida y aplanándote los dedos para nada...